EN LOS ORÍGENES DE LA HUMANIDAD.
Gracias a los arqueólogos podemos imaginarnos a los primeros homínidos vagando en busca de caza o frutos silvestres. Las investigaciones científicas nos han permitido conocer el aspecto físico de nuestros más antiguos antepasados, sus costumbres, sus instrumentos rudimentarios, su alimentación… (Para los interesados en profundizar en esta época recomendamos los libros publicados por nuestro pariente José María Bermúdez de Castro y Risueño, en especial: “Hijos de un tiempo perdido”, editado en 2004 por CRITICA.)
(Imagen de: http://cmcmontetabor01b.blogspot.com.es/2010_04_01_archive.html)
Es seguro que algunos de ellos fueron nuestros antepasados, quizá todos. No lo podemos saber.
Descendientes de aquellos serían los que labraron los petroglifos, los que apilaron las rocas para montar los enigmáticos dólmenes… y algunos comenzarían a asentarse en las tierras que hoy conocemos con el nombre de Galicia.
(Fotografías de Pablo Bermúdez de Castro y Blasco)
Su sangre se mezclaría con la de los que llegaron desde el norte de Europa y juntos construirían los castros. La vida en los castros estaba basada en una economía de carácter pastoril y su agricultura se hallaba escasamente desarrollada, fruto de una sociedad tribal y guerrera enmarcada en un abundante número de pequeños poblados (1).
(Fotografía de Pablo Bermúdez de Castro y Blasco)
Ésta sería la realidad que se encontraron los romanos cuando llegaron imponiendo una sociedad mucho más especializada y, por lo tanto, más jerarquizada, que favorecía a una minoría (aristocracia) sobre una mayoría (plebs) (2).
Entre los elementos diferenciadores de una y otra estaban la función de gobierno, la administración de justicia y la riqueza, basada en la posesión de la tierra (3). Ésta última se transmitía a través de la herencia, concepto recogido en el derecho romano, por lo que comenzaron a cobrar importancia conceptos como gens, familia o domus: el primero de ellos (gens) se refería, según Margarita Torres (4), al conjunto de seres unidos por un vínculo basado en el nacimiento; la misma autora nos recuerda que el concepto de familia no es exactamente el actual sino que en aquella época se refería a la descendencia por línea de varón, mientras que domus (Casa) incluía no sólo a los parientes del padre sino también a los de la madre (5).
Ésto, indudablemente, supone el origen de la genealogía pero no es posible, por el momento, establecer vínculos entre los Bermúdez de Castro y los que vivieron en aquella época. Algunos han querido establecer tales vínculos a través de los visigodos, como veremos en el siguiente capítulo, pero nos vemos obligados a expresar nuestras reservas respecto a la veracidad de tales datos.
Sí nos parece apropiado recordar que, en época romana, comenzaron, a consolidarse determinados grupos dirigentes plenamente romanizados y poseedores de una estimable preparación cultural que imponían el patrocinium por el que el patrono (un rico propietario) se obligaba a defender y proteger a los que se hallaban o se colocaban bajo su potestad a cambio de diversas obligaciones y prestaciones por parte de sus patrocinados. Esta incipiente nobleza hispana estaba compuesta por los descendientes de los funcionarios llegados desde Roma pero también por los miembros de las familias que formaban las diferentes aristocracias indígenas, como representación del poder a nivel de las oligarquías locales (6).
Datos de:
1.- JIMÉNEZ GÓMEZ, Santiago: Feudalismo. Gran Enciclopedia Gallega. Edita: Silverio Cañadas. Santiago. 1985. T. 12. Página 233.
2.- TORRES SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN, Margarita: Linajes Nobiliarios en León y Castilla (Siglos IX-XIII). Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. Salamanca, 1999. Página 403.
3.- PALLARES, Mª Carmen y PORTELA SILVA, Ermelindo: Nobleza. Gran Enciclopedia Gallega. Edita: Silverio Cañadas. Santiago. 1985. T. 22. Páginas 181 y 182.
4.- Con sus variantes genus nostrum/meum, mea/nostra gente et alii: TORRES SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN, Margarita: Linajes Nobiliarios en León y Castilla (Siglos IX-XIII). Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. Salamanca, 1999. Página 29.
5.- Ídem página 404.
6.- JIMÉNEZ GÓMEZ, Santiago: Feudalismo. Gran Enciclopedia Gallega. Edita: Silverio Cañadas. Santiago. 1985. T. 12. Página 233.