LA RENOVACIÓN NOBILIARIA DE GALICIA (S. XIV-XV).
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Ya vimos anteriormente que en el siglo XII el poder en Galicia estaba básicamente concentrado en las manos del obispo Gelmírez y el Conde Pedro de Traba. En una segunda línea se situaban las incipientes tenencias de Lemos, Sarria, Monterroso…
Tras la muerte sin sucesión, en 1255, del último Conde de Traba (Rodrigo Gómez) únicamente Los Castro lograron estar a la altura de aquellos “Comes Galliciae” cuyo poder venía representado, en los siglos XIII y XIV, por los señoríos de Lemos y Sarria y por la Pertiguería Mayor de Santiago. No hay que despreciar, tampoco, cargos como el de Mayordomo Mayor, Alférez Mayor, Adelantado Mayor… con que los Castro acostumbraban a reforzarse.
Sin embargo, la estructura nobiliaria gallega cambió sustancialmente tras los acontecimientos de las últimas décadas del siglo XIV: la victoria de Enrique II frente a su hermano Pedro I encumbró a los partidarios del vencedor y relegó a un segundo plano (al menos, en un primer momento) a los que habían apoyado al bando legitimista. Linajes que, aunque antiguos, apenas habían alcanzado notoriedad, reaparecen en la segunda mitad del siglo XIV ocupando, por separado, los puestos que habían acaparado Los Castro.
Aunque la hegemonía gallega seguía representada por los señoríos de Tratámara, Lemos y Sarria (convertidos pronto en títulos condales) las fuerzas tendieron a equilibrarse al disgregarse oficios como el de Adelantado Mayor o el de Pertiguero Mayor de Santiago.
Los primeros favorecidos por Enrique II fueron, lógicamente, sus propios parientes:
- Pedro Enríquez, sobrino del Rey, se hizo con Trastámara, Lemos y Sarria convertidos, ahora, en triple título condal. Tras la muerte de su hijo Fadrique el título se disgregó: Trastámara por un lado y Lemos por otro.
- Los Osorio, procedentes de León, apenas habían aparecido fugazmente por Galicia en tiempos de Alfonso XI cuando Álvar Núñez Osorio se convirtió, durante apenas un año, en Conde de Trastámara, Lemos y Sarria. Tras enlazar con los Enríquez, Pedro Álvarez Osorio se convirtió en el I Conde hereditario de Lemos en 1456.
- Los Sarmiento se aferraron al oficio de Adelantado Mayor de Galicia desde que Pedro Ruiz Sarmiento lo ocupara en los primeros años del reinado de Enrique II.
- Los Andrade habían permanecido en segunda línea hasta que Fernán Pérez de Andrade fue agraciado con las mercedes enriqueñas.
- Los Moscoso, cuyo señorío de Altamira apenas era relevante hasta el siglo XIV, se convirtió en uno de los más influyentes al contar, entre sus parientes, con varios arzobispos de Santiago.
- En cuanto a Los Castro, algunos se establecieron en Portugal (Inés de Castro, Álvar Pérez de Castro…) otros en Lugo (señores de Castroverde) y otras enlazaron con los Enríquez, (Isabel de Castro), Los Osorio (Beatriz), Moscoso (Juana) y Bermúdez de Montaos (Leonor).