FERNANDO DE TRABA Y LA SEGUNDA CRUZADA
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El éxito de la Primera Cruzada, que culminó en el año 1099 con la conquista de Jerusalén, permitió cierta tranquilidad en el oriente latino. Los caballeros que habían participado en ella se asentaron en las tierras conquistadas y acogían, con agrado, la llegada de peregrinos que venían a visitar los Santos Lugares (1).
Pero el camino no estaba exento de dificultades y peligros, por lo que se creó la Orden del Temple cuyo objetivo era, precisamente, proteger a los peregrinos en el viaje a Tierra Santa (1).
Uno de los primeros impulsores de la Orden fue el abad Bernardo de Claraval (San Bernardo) que llegó a la península ibérica para recaudar fondos y reclutar caballeros (2). San Bernardo se puso en contacto con Fernando Pérez de Traba, que defendía los castillos avanzados de la frontera portuguesa como Seia, Soure y Santa Eulalia de Montemor (3). (Pincha aquí para ver detalles de la estancia de Fernando en Portugal)
San Bernardo promovió la aprobación canóniga de los Templarios y lo consiguió en el Concilio de Troyes el 14 de enero de 1129, donde se aprobó la observancia de la nueva Orden a la regla del Císter (2).
Consiguió, también, que el monasterio de Oseira, cuya construcción había sido promovida por Fernando de Traba, se afiliara al Císter en 1141 (6). Al año siguiente Fernando, junto a otros familiares, entregaron el monasterio de Sobrado, que había estado abandonado durante años, a la Orden Cisterciense (6). El propio San Bernardo envió 12 monjes cistercienses que rehabilitaron el monasterio. Independientemente de la afiliación del monasterio de Oseira, la fundación cisterciense de Sobrado fue la primera que se produjo en Galicia (6).
Pero lo que nos interesaba aquí de la relación entre San Bernardo y Fernando de Traba, calificada de “amistad” y “admiración” por López Sangil (7), es su influencia para la participación del de Traba en las Cruzadas. Y es que San Bernardo predicó en 1147 la Segunda Cruzada, que se centró en los años 1148-1151 (8), y consta que Fernando Pérez de Traba había viajado dos veces a Tierra Santa antes de 1153 (9) lo que parece demostrar la participación de éste en la Segunda Cruzada.
Existe cierta discrepancia entre los autores para fijar la fecha de esos dos viajes: Torres Sevilla cree que Fernando de Traba viajó a Tierra Santa en el año 1126 (10) y cita como fuente a López Sangil, quien, en una publicación posterior a la citada por Torres Sevilla, retrasa los viajes a 1147-1148 (coincidiendo con la Segunda Cruzada) y el segundo en 1153 (11).