LOS ANDRADE EN EL SIGLO XV: I GUERRA IRMANDIÑA.
En opinión de Eduardo Pardo de Guevara, la estirpe de los Andrade, aunque antigua, no estaba especialmente bien situada antes del conflicto entre Pedro I y Enrique de Trastámara (1).
En 1365, cuando Pedro I apenas gozaba de más apoyo que el de Fernán Ruiz de Castro y el del arzobispo Rodrigo de Moscoso, éste último hizo un llamamiento a los caballeros de la Tierra de Santiago entre los que estaba Fernán Pérez de Andrade (2). Era frecuente que los Arzobispos compostelanos concediesen propiedades rurales, e incluso villas de la Tierra de Santiago, a título de tenencias, préstamos, beneficios o mandaciones, siempre de carácter temporal y nunca hereditarias, con la obligación de rendirle reconocimiento de jurisdicción, algo así como pleito-homenaje, acudiendo con sus mesnadas cuando el prelado los llamase (3). Es posible que el de Andrade quedara liberado tras la victoria de Enrique de Trastámara y la concesión de las villas de Pontedeume y Ferrol (en 1371) y el señorío de Villalba en 1373 (1). (Para ver la participación del Andrade en dicho conflicto véase el capítulo donde se trata).
Fotografías de Pablo Bermúdez de Castro y Blasco
Fernán Pérez de Andrade murió sin sucesión en 1397 por lo que el señorío pasó a su sobrino Pedro Fernández de Andrade y de éste a su hijo Nuño Freire que fue el III Señor de Andrade (4) y protagonista de los principales conflictos en la primera mitad del siglo XV en Galicia.
Cuando la segunda década del siglo XV estaba próxima a concluir, la Corona de Castilla, con Juan II a la cabeza, se batía entre la campaña de Granada, los bandos pro-aragonesistas, la creciente popularidad del Condestable Álvaro de Luna y la poco clara colaboración en Galicia de Fadrique, Duque de Arjona. Con ese panorama tan inestable, el infante Enrique, hijo de Fernando, Rey de Aragón, decidió peregrinar a Santiago (5).
Es obvio que Juan II debió estar informado de cada paso que dio el aragonés por tierras gallegas y, por ello, estaría al tanto de los honores que le brindó Nuño Freire de Andrade, quien le acompañó durante toda su estancia en Galicia con todo tipo de agasajos (6).
Poco después el monarca castellano requirió la presencia, en la frontera aragonesa, de las gentes de armas de Fadrique, Duque de Arjona, quien reunió ochocientas lanzas y mil peones además de los mejores capitanes y caballeros, entre los que estaban: Pedro Álvarez Osorio, Señor de Cabrera y Ribera (aun no era Conde de Lemos), su homónimo el Señor de Villalobos (tampoco lo era de Trastámara), Rui Sánchez de Moscoso y Nuño Freire de Andrade (7).
I GUERRA IRMANDIÑA
Poco tiempo transcurrió desde el regreso del Andrade a Galicia cuando sus vasallos se organizaron en una hermandad y se levantaron en armas contra su Señor en lo que se ha llamado la I Guerra Irmandiña (1431). En opinión de Isabel Beceiro, tres fueron los motivos de la sublevación:
- el carácter duro de Nuño Freire de Andrade;
- los nuevos impuestos que tuvieron que pagar los vasallos para costear los gastos de la estancia de Enrique de Aragón, y
- los gastos de abastecimiento de las tropas en la frontera de Aragón (8).
Debió influir, además, la situación de orfandad en la que estaba sumida Galicia tras la prisión y muerte de Fadrique, Duque de Arjona, en 1430 (9).
Según la crónica de Juan II los sublevados fueron unos tres mil hombres de las villas de Puente de Hume, Ferror e Villalba (10) que acorralaron al Andrade en su castillo de Moeche del que tuvo que huir a uña de caballo y refugiarse en el de Pontedeume. Los sublevados devastaron y quemaron el castillo de Moeche (11) e le habían derribado ciertas casas fuertes e le habían talado algunas viñas e huertas (10).
Con el apoyo de más hombres que llegaron de los obispados de Lugo y Mondoñedo (cuenta la Crónica que llegaban a diez mil), los Irmandiños se vieron con fuerza para llegar a Santiago, pero las tropas del Arzobispo los derrotaron. No quedaba más que el cerco de Pontedeume que fue disuelto por el Andrade con ayuda del Corregidor Gómez García de Hoyos (10).
Lejos de lograr su propósito, los Irmandiños sufrieron las represalias de Nuño Freire: muchos murieron, otros fueron encerrados (10).
En ese mismo año de 1431, poco después de sofocar la rebelión, falleció Nuño Freire de Andrade (4). Le sucedió su hijo Pedro quien, a tenor de las quejas del Concejo de Ferrol, no debió diferir mucho de su padre en el trato a sus vasallos: …los muchos males e daños, cohechos, despechamientos e arrazonamientos e muertes de omes e presiones e despoblamientos de la dicha villa que de Nuño Freyle Dandrade e de su hijo Pero Fernández e de sus escuderos e omes por su mandado recibimos e avemos recibido fasta aquí… (12).
Motivado por tanta queja, probablemente, Juan II ordenó a Pedro Álvarez Osorio que confiscara las villas de Pontedeume, Ferrol y Villalba, en 1441, que por entonces las poseía Fernán Pérez Andrade, hijo de Nuño Freire, en nombre de su sobrina María, tras el fallecimiento, en 1435, de su hermano mayor, Pedro Fernández (13).
En 1442, el Rey reintegró Pontedeume, Ferrol y Villalba a Pedro Fernández de Andrade, pero las relaciones entre el Andrade y el de Lemos quedaron perjudicadas (14).
En 1458, Pedro Fernández de Andrade participó en la rebelión de la Tierra de Santiago (344), que se tratará en su lugar.
Datos de:
1.- PARDO DE GUEVARA, Eduardo: Los Señores de Galicia. Fundación Pedro Barrié de la Maza. La Coruña, 2000. Página 207.
2.- Ídem página 180.
3.- PARDO DE GUEVARA, Eduardo: El Mariscal Pardo de Cela. Editorial Alvarellos. Lugo, 1981. Página 54.
4.- Ídem Apéndice Nº 8.
5.- PARDO DE GUEVARA, Eduardo: Los Señores de Galicia. Fundación Pedro Barrié de la Maza. La Coruña, 2000. Página 285.
6.- Ídem página 286.
7.- Ídem página 286-287.
8.- BECEIRO PITA, Isabel. La Rebelión Irmandiña. Akal Editor. 1977. Página 88.
9.- PARDO DE GUEVARA, Eduardo: Los Señores de Galicia. Fundación Pedro Barrié de la Maza. La Coruña, 2000. Página 289.
10.- BECEIRO PITA, Isabel. La Rebelión Irmandiña. Akal Editor. 1977. Página 89.
11.- MARTÍNEZ-BARBEITO, Carlos: Torres, Pazos y Linajes de la Provincia de La Coruña. Editorial Everest. 1986. Página 398.
12.- Según la Crónica de Juan II (véase BECEIRO PITA, Isabel. La Rebelión Irmandiña. Akal Editor. 1977. Página 90.
13.- PARDO DE GUEVARA, Eduardo: Los Señores de Galicia. Fundación Pedro Barrié de la Maza. La Coruña, 2000. Página 322.
14.- Ídem página 323.
15.- Ídem página 344.