RESPUESTA CRISTIANA A LA INVASIÓN MUSULMANA DEL SIGLO VIII.
La invasión expansionista promulgada por los seguidores del profeta Mahoma llegó a la Península Ibérica por el sur, a través de la punta de Tarifa. La crisis interna de la débil monarquía visigoda favoreció la entrada de las huestes sarracenas que no tuvieron apenas resistencia hasta la batalla de Guadalete en el año 711. Los musulmanes se mostraron claramente superiores en aquel encuentro bélico en el que acabaron con la vida de Rodrigo, último rey visigodo.
Durante la segunda década del siglo VIII el dominio musulmán se extendió por toda la península imponiendo nuevas leyes, nueva organización política, nueva cultura y nueva religión. Muchos acogerían con agrado las nuevas costumbres integrándose en la nueva situación; otros mantendrían sus viejas rutinas introduciendo pequeños hábitos modificados; otros, sin embargo, se resistirían a renunciar a sus privilegios, su estatus o su religión estando dispuestos, incluso, a dar la vida por ello. Entre éstos últimos estaban los que se organizaron en las montañas del norte para combatir a los sarracenos. Fue allí, en Covadonga, donde consiguieron frenar el avance musulmán hacia el año 722.
Mapa del avance musulmán en el siglo VIII. (Toca para ampliar).
Los sarracenos permitieron la subsistencia de ese pequeño grupo del norte pues consideraron que no suponían ningún peligro (1).
Los del norte hicieron de su religión (el cristianismo) su seña de identidad frente a los invasores africanos y también mantuvieron una cierta jerarquización previa de reminiscencia visigoda: al frente de todos ellos se situaba el rey que acostumbraba a rodearse de los comes palatii con los que guardaba algún tipo de parentesco (2). En la parte más baja de la sociedad se situaban los campesinos, comerciantes, artesanos… que carecían de propiedades, documentos o cualquier otro instrumento que pudiera servirnos para identificarlos. Por ese motivo, el objetivo principal de nuestro estudio se fijará en la nobleza y su parentesco con Los Bermúdez de Castro pues, aunque por nuestras venas circule sangre de toda clase social (en proporción difícil de determinar) resulta imposible encontrar cualquier parentesco con los plebeyos. Tampoco nos fijaremos en la dinastía real más que de pasada pues existe suficiente documentación relativa a ellos.
Datos de:
1.- Pincha aquí para ver más acerca de la invasión musulmana.
También en: http://pinturasguerra.blogspot.com.es/2016/02/la-batalla-de-covadonga.html
2.- TORRES SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN, Margarita: Linajes Nobiliarios en León y Castilla (Siglos IX-XIII). Junta de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura. 1999. Páginas 415 y 416.